Este problema puede empezar desde la infancia y puede ser provocado por alguna anormalidad hereditaria en la alineación de los huesos del metatarso y el alargamiento excesivo de la articulación.
Sin embargo, también puede aparecer en la edad adulta y es provocado casi siempre porque el calzado no ajusta de manera correcta. Este problema es más frecuente en personas que utilizan tacones altos, ya que el peso se distribuye de forma irregular entre los dedos.
El dedo de martillo también puede presentarse como consecuencia del deterioro muscular y nervioso que ocurre por ejemplo en casos de diabetes, accidentes cerebrovasculares, trastornos neurológicos, por el acortamiento del talón de Aquiles o por una debilidad del músculo tibial anterior, cuyos tendones cruzan el dorso del pie. En muchos casos, este problema se asocia con callos, artritis y obesidad.